Nuevo talento comercial se incorpora a Hampiðjan

La última incorporación al equipo de Hampiðjan es Hróðmar Ingi Sigurðsson. Su función será concentrarse en la venta de puertas de arrastre y urdimbres, así como de artes de pesca en general y artículos relacionados.

Hróðmar Ingi es licenciado en empresariales y gestión por la Universidad Técnica de Islandia y posee la certificación de oficial de cubierta de Clase 2 y 3 por la Escuela de Navegación de Reikiavik. Ha trabajado en el mar y en tierra, más recientemente como primer oficial a bordo del arrastrero factoría el Júlíus Geirmundsson. Antes había sido director de compras y operaciones en Öryggismiðstöðin y Rými-Ofnasmiðjan, y capitán del barco de observación de ballenas el Elding.

“La primera vez que me hice a la mar fue a los 17 años. Me crié en Keflavík y el camino obvio era probar la pesca. De joven había trabajado mucho en factorias de pescado y la pesca había sido una obsesión desde que recuerdo. Empecé en los palangreros de Sandgerði, y mis primeras mareas en un arrastrero fueron en el Bergvík, que resultaron ser las dos últimas mareas antes de su venta. Kristinn Gestsson era el patrón. Luego pasé al arrastrero congelador el Aðalvík y estuve allí hasta que se vendió a ÚA. El arrastrero pasó a llamarse el Sólbakur. Formé parte del paquete y me quedé en el Sólbakur durante un año aproximadamente", afirma Hroðmar Ingi.

Explica que su primera experiencia en la pesca de capelán fue en el cerquero el Sjávarborg durante la campaña de 1992, y una vez terminada la pesca de ese año, encontró un puesto en el arrastrero congelador el Höfrungur III ese mismo año.

“Mi formación como marinero de arrastre fue a bordo del Höfrungur III. Volví durante mucho tiempo. Luego entré en la escuela de navegación, y después la universidad", comenta.

“Llevaba un par de años en tierra cuando llegó el Covid, y entonces me uní a Júlíus Geirmundsson y estuve allí dos años, hasta que llegué a Hampiðjan".
Comenta que su primer encuentro con el equipo de Hampiðjan fue a bordo del Höfrungur III.

'Teníamos sobre todo una red de arrastre de bacalao con círculos de pesca de malla estirada de 88 y 106 metros, y ambas daban resultados fantásticos”, señala Hróðmar Ingi Sigurðsson.